De todos las tipologías de yoga, el estilo más relajante de todos es el yoga restaurativo. Hoy quiero explicarte más en detalle sobre esta práctica. Raquel Mar, profesora de yoga restaurativo y miembro del equipo de XLYStudio, nos cuenta un poco más sobre este estilo de yoga relajante.
Origen y características del yoga restaurativo
El yoga restaurativo es un yoga suave y terapéutico que tiene su origen en el yoga Iyengar. Aunque Judith Hanson Lasater, alumna de BKS Iyengar, fue lo popularizó. Según Judith Hanson, el yoga restaurativo es un estilo que se sirve de accesorios que se utilizan como apoyos para crear posturas más fáciles y cómodas que promueven la relajación y la salud. Es una práctica apta para personas de todas las edades y niveles de experiencia, aportando grandes beneficios físicos y psicológicos al practicante.
El yoga restaurativo adapta las posturas de yoga al alumno mediante los soportes. Esta es una de las grandes diferencias, nos comenta Raquel Mar, y es que solemos adaptar el cuerpo a las asanas de yoga. Pero en el caso del yoga restaurativo, adaptamos la postura según la estructura y condición de cada cuerpo. Cada cuerpo es diferente y por eso necesitaremos soportes distintos.
Es un estilo de yoga que no busca la acción ni el estiramiento. El objetivo es poder relajar el cuerpo en profundidad, en asanas pasivas y reconstituyentes, que se adapten completamente a nuestro cuerpo para encontrar el confort y así poder mantenerlas durante un periodo de tiempo más largo, generalmente entre 5 y 20 minutos, obteniendo todos sus beneficios sin necesidad de estresar el cuerpo, sin realizar esfuerzo. Para ello se usan soportes como mantas de yoga, cojines, silla, cinturones de yoga… de manera que todas las partes del cuerpo encuentren un punto de apoyo. Aunque en ocasiones también se realicen algunas variantes de asanas un poco más activas o con algunas secuencias de movimiento suave, como calentamiento.
Beneficios del yoga restaurativo
Son muchos los beneficios del yoga en general. Pero, en concreto, el yoga restaurativo trabaja directamente con el sistema nervioso parasimpático. A través de la relajación del cuerpo y la respiración consciente, llevamos a la mente a un estado meditativo, aliviando el estrés y desarrollando calma y paz interior. Puedes comprobarlo tú mismo, realiza una postura restaurativa cada día durante mínimo 15 minutos y verás los resultados en tu cuerpo, tu respiración y tu mente.
Como comenta Raquel Mar, “el ritmo acelerado de nuestro día a día necesita de la lentitud, de la quietud. En el yoga, a menudo, también caemos en el juego de la rapidez, de la forma, olvidándonos que es un camino de vida, que requiere paciencia, compromiso y mucha escucha. Practicando despacio, puedo sentir mucho más el estado de mi respiración, puedo escuchar mi cuerpo, aprender de él y puedo aplicarlo luego en las clases más dinámicas. Desde el día que entré en contacto con esta experiencia se ha convertido en mi mantra: practicar despacio, me permite crear más espacio, más escucha y presencia”
“El cuerpo se beneficia del movimiento y la mente de la quietud.”
Sakyong Mipham, monje budista
La importancia de la relajación profunda
El gran beneficio del yoga restaurativo es la relajación profunda. Permitimos que el cuerpo vaya aflojando capa por capa, que se entregue a los soportes que lo sostienen, para acceder a los tejidos más profundos, liberando tensiones y estrés. El yoga restaurativo puede resultar tan reparador para el cuerpo como para la mente, recuperando nuestra energía vital.
Pero eso no significa que la práctica restaurativa sea sencilla. “La quietud de las posturas es todo un reto para la mente. Cuanto más quietos estamos, más visible se hace el movimiento de nuestros pensamientos, y esto puede generarnos incomodidad o nerviosismo al principio. Estamos en la cultura del hacer y hacer más, en la que saber parar, sin sentir un estiramiento o acción en el cuerpo nos puede incomodar, llevando a la mente a inquietarse. Por eso, hoy en día, el yoga restaurativo es una de las prácticas más necesarias para contrarrestar la sobrecarga de actividad, no sólo física, también mental, desconectando de tantos estímulos externos para conectar con uno mismo”.
“La relajación, igual que la meditación o cualquier asana de yoga, necesita un periodo de entrenamiento. Cuando logramos disfrutar de la relajación profunda, realmente es un regalo que hacemos a nuestro cuerpo, mente y espíritu. Con la práctica de volver una y otra vez al presente, a la respiración y las sensaciones del cuerpo, damos tiempo al cuerpo para que se restaure, que se autorregule.”
El yoga restaurativo es apto para todas las personas y muy útil en momentos de recuperación o para gestionar el dolor. Pero si tienes alguna lesión o condición física particular, consulta previamente con tu especialista para realizar una práctica completamente segura para ti.
Material para yoga restaurativo
En las clases de yoga restaurativo se usan soportes de yoga o props, para entrar en las posturas de forma cómoda y adaptada al cuerpo. Los materiales de yoga más comnunes son:
- Un bolster de yoga, el cual se puede sustituir por una almohada o cojín alargado.
- Mantas de yoga, que sean gruesas.
- Cojines varios para crear más soporte o altura.
- Bloques de yoga,
- Cinturón de yoga
- Y, en ocasiones una silla o también la pared.
No es necesario tener todo el material para practicar yoga restaurativo, se puede ser muy creativo utilizando material que tengas en casa, como libros en lugar de bloques, toallas en lugar de mantas, un fular en lugar de cinta de yoga, y cojines varios… Lo importante no es el soporte, sino hallar la comodidad en la postura, sin ningún tipo de molestia o tensión. Igualmente importante es mantener el cuerpo en una buena temperatura corporal, ya que si se enfría suele tensarse y no puede lograr el objetivo de la práctica: relajarse.
La práctica restaurativa es muy flexible: no es necesario practicarla a una determinada hora del día ni un tiempo fijo, con o sin música… Así como las posturas se adaptan al alumno, la práctica también. “La propuesta es escucharse y descubrir qué es lo que mejor sienta a cada persona, que puede diferir mucho según si eres más activo por la mañana o por la noche, si te cuesta dormir o si durante el día sientes inquietud o nerviosismo. Crearse una rutina propia de descanso, de tiempo para uno mismo, totalmente a tu medida”, comenta Raquel.
Posturas de yoga restaurativo
Las clases de yoga restaurativo suelen tener una secuencia con pocas asanas que se mantienen durante un tiempo más prolongado al habitual. En ocasiones solemos practicar algunas posturas restaurativas para finalizar las clases de hatha y vinyasa. Algunas de las más habituales con soportes son supta badha konasana, viparita karani con las piernas hacia una silla o pared, o balasana con soportes.
Pero la postura estrella, igual que en cualquier estilo de yoga, es savasana, la cual en una clase de yoga restaurativo suele alargarse mucho más, durando, en ocasiones, hasta 30 minutos. Hay algunas variantes de savasana comunes en las clases de yoga restaurativo, como savasana con soporte debajo de las rodillas, savasana elevando levemente las piernas con bloques y bolster, savasana con soporte debajo de la espalda o savasana de lado.
Clases online de yoga restaurativo
Yoga para dormir
Si tiene problemas para conciliar el sueño y descansar correctamente, te invito a que leas este artículo de consejos con una clase de yoga para dormir.
También puedes practicar una clase completa de yoga restaurativo en este vídeo disponible en mi canal de Youtube.
Yoga restaurativo en XLYStudio
Si eres miembro de XLYStudio ya puedes practicar en casa las clases de yoga restaurativo con Raquel Mar, especial para momentos de ansiedad o estrés, o para los días que necesitas relajarte o hacer una práctica muy suave. También yoga restaurativo para estimular el sistema inmune.
Te deseo una práctica muy relajante.
¡Namasté!
Puedes saber más sobre las clases de Raquel Mar a través de su cuenta de Instagram @yogadespacio.
Mil gracias llevo muchos años practicando yoga, relajación y meditación me salvo la vida, me encanta practicarlo contigo mil gracias por el gran regalo namaste