Yoga para el cáncer | Entrevista a Adriana Jarrín, profe de yoga oncológico

18-10-2024

El 19 de octubre es el Día Internacional del Cáncer de Mama. Y, con este motivo, hemos entrevistado a Adriana Jarrín, profesora especializada en yoga para el cáncer.

En XLYStudio contamos con su colaboración con esta clase especial para mujeres que padecen cáncer de mama y/o que están en proceso de recuperación, con el fin de aliviar los estragos físicos y emocionales de los tratamientos de cirugía, radioterapia, quimioterapia y hormonoterapia.

VER CLASE

Y, para conocer y dar mayor visibilidad a los beneficios del yoga para el cáncer, Adriana nos explica a continuación todas las claves del yoga oncológico.

1. ¿Qué es el yoga para el cáncer?

El yoga oncológico es una terapia complementaria con base científica que atiende a las necesidades físicas y emocionales de las personas con cáncer en las distintas etapas de la enfermedad: diagnóstico, tratamiento y post-tratamiento. Es un yoga adaptado que combina las herramientas del yoga tradicional, yoga terapéutico y yoga sensible al trauma con el fin de favorecer la rehabilitación física y emocional de las personas con cáncer.

2. ¿Por qué te especializaste en este tipo de yoga? ¿Cuál fue tu experiencia personal?

Cuando tenía 26 años pasé por un cáncer de ovario. Las pruebas y todo el proceso hasta llegar al diagnóstico fue devastador, se presentaba un panorama muy oscuro donde la muerte asomaba en el horizonte. Afortunadamente todo fue bien gracias a la cirugía y los tratamientos de quimioterapia. Pero, sin duda, el desgaste emocional y físico fue muy duro.

Después del segundo ciclo de quimioterapia empecé a practicar yoga y fue gracias al yoga que empecé a ver la luz nuevamente, a recuperarme física, pero sobre todo emocionalmente. El yoga marcó un antes y un después en mi proceso y en la forma de afrontar mi vida y la enfermedad como parte de mi vida y por eso quise especializarme en yoga para el cáncer.

3. ¿Quién acude a tus clases: enfermos/as o sobrevivientes, cuidadores, personal sanitario, familiares,…?

Actualmente, a mis clases acuden sobre todo personas que están atravesando la enfermedad o que han superado la fase de tratamientos, pero todavía están en revisión continua con pruebas y análisis. A las clases también pueden asistir acompañantes, familiares o personal sanitario, a quienes les sienta muy bien tener un momento de desconexión y reconexión consigo misma/o. En este espacio sienten que es otra persona -la profesora de yoga- la que se “hace responsable” del enfermo. No obstante, esta desconexión a veces también pasa por acompañar a la persona hasta la clase y esperar fuera tomando un té o un café. Este lugar puede ser también muy terapéutico.

4. ¿Dónde y cómo se imparte?

El yoga oncológico se puede impartir en centros de yoga, hospitales y entidades que trabajan para favorecer la calidad de vida de las personas con cáncer. Lo importante es encontrar un espacio adaptado que ofrezca las condiciones de seguridad y el material que requiere esta práctica (esterillas, mantas, bloques, sillas, cintas, etc.).

Actualmente, en España, si bien se imparte ya en centros de yoga y fundaciones, todavía hay una tarea pendiente en relación con los hospitales, ya que son espacios poco accesibles. Aunque cada vez hay más apertura gracias a la demanda por parte de las y los enfermos y más profesores de yoga especializados que están haciendo un trabajo importante de comunicación y difusión con los centros hospitalarios.

También existen cada vez más clases que se imparten online. Esto tiene un gran valor, porque a veces a si las personas están muy agotadas, desplazarse hasta la sala les puede significar un sobre esfuerzo y la práctica online es una gran alternativa para no dejar de practicar.

Un aspecto muy importante, tanto para las sesiones presenciales como online, es que antes se ha de mantener una conversación personal con cada practicante y recoger datos relevantes. Es importante tener una ficha con el estado, síntomas, tratamientos, etc. de cada alumno/a para adaptar adecuadamente la práctica y hacer un seguimiento riguroso.

5. ¿El yoga oncológico sirve para distintos tipos de cáncer?

Sí, el yoga se puede adaptar a las distintos tipos de cáncer y sus casuísticas. En este sentido, es importante que los y las profesoras tengan una formación previa para que estén dotados/as de los conocimientos teóricos y las herramientas metodológicas para atender esta diversidad.

Hasta la actualidad la mayoría de investigación científica en relación con el yoga y el cáncer, así como los cursos de Yoga para sobrevivientes de cáncer, se han centrado en el cáncer de mama. Sin embargo, esta tendencia está cambiando y cada vez hay más estudios y también sesiones dirigidas a un público más amplio.

6. ¿Cuáles son los beneficios del yoga en los enfermos oncológicos?

Los beneficios físicos se trabajan a través de posturas de yoga adaptadas que contribuyen a mejorar la movilidad de la musculatura y partes del cuerpo que pueden haber sido afectadas por las cirugías. Ayuda a descomprimir las articulaciones “enmohecidas” por los tratamientos, favorece la regulación del tránsito intestinal y mejora la calidad del sueño.

Existen estudios científicos que han demostrado que la práctica regular de yoga repercute en una disminución en el consumo de medicamentos para el dolor, la digestión, la ansiedad y el sueño, a la vez que han contribuido a una mayor adherencia de los tratamientos médicos para controlar el cáncer.

En relación con los beneficios emocionales, en las sesiones de yoga oncológico se crea un espacio de seguridad en el que la persona puede reconectar de forma amorosa con el cuerpo, obtener herramientas para gestionar las emociones, encontrar un espacio de escucha e intercambio de sus necesidades, miedos y otras emociones. Existen clases, por ejemplo, en el que abordamos cómo desde el cuerpo podemos regular la ansiedad que provocan las pruebas, cómo sentarnos y respirar en la sala de espera y el momento que entramos a la cita con el médico.

7. ¿Se basa en asanas, respiración, meditación? Cuéntanos, ¿cómo se estructura una clase habitual? ¿Algún tipo de meditación recomendada?

Sí, en las sesiones de yoga oncológico están presentes todos los componentes de una buena práctica integral.

En una sesión habitual generalmente empiezo con una relajación que luego abra las puertas a un escáner corporal, crear este espacio es fundamental porque las personas llegan con su trajín médico y vital y necesitan bajar las revoluciones. Una vez hemos “aterrizado” en la esterilla y conectado con el espacio y el cuerpo trabajamos pranayamas que nos ayuden a regular el sistema nervioso, de esta manera iniciamos la práctica habiendo conectado cuerpo, mente y emociones. Luego, viene el calentamiento que se centra mucho en la descompresión articular y la observación del rango de movilidad del cuerpo que puede variar de una sesión a otra. Esto permite que la persona tenga en cuenta cuál será su centro de atención e intensidad en la práctica.

Posteriormente se practican las asanas adaptadas, dentro de la metodología que compartimos trabajamos una parte dinámica al inicio y luego pasamos a posturas sentadas. La práctica dinámica favorece la recuperación de movimiento y también de tono muscular. Finalmente viene la que es, sin duda, la parte preferida: la relajación, que si ya en una práctica habitual. En la práctica de yoga para el cáncer es es mucho más necesaria. Muchas alumnas comentan que en ningún otro momento alcanzan este grado de relajación, descanso y bienestar. ¡Sus sonrisas al salir de la sesión lo confirman!

En relación con la meditación, dependerá mucho de la persona o del grupo. Sin duda, y los estudios lo demuestran, la meditación es una fuente de salud en sí misma. No obstante, para una persona que no ha tenido una práctica previa de meditación y que, debido a la enfermedad, está conviviendo permanente con miedos, angustias y agitación, sentarse a meditar sin más es muy difícil. Por este motivo, sugiero que sea algo progresivo y que siempre sea guiada.

Otro de los principios del yoga para el cáncer es acompañar, sostener, a la persona a lo largo de toda la práctica.

8. ¿Hay contraindicaciones?

No hay contraindicaciones en la práctica de yoga para el cáncer, lo que sí hay posturas y pranayamas contraindicados dependiendo de las circunstancias físicas y emocionales de cada persona. Por este motivo, los profesores han de tener una formación adecuada y los usuarios han de buscar un servicio profesionalizado que les garantice seguridad y beneficios a través de la práctica de yoga adaptada.

9. ¿Qué importancia tiene la aceptación de la enfermedad? ¿La voluntad y la fuerza mental? ¿Se trabaja mucho la parte emocional en el yoga oncológico?

Sí, definitivamente el yoga oncológico trabaja sobre todo en la parte emocional a través del cuerpo. Y es interesante la pregunta porque en el yoga oncológico, en primera instancia, trabajamos más que la aceptación de la enfermedad, la aceptación de la persona. Cada persona transita la enfermedad de acuerdo con sus experiencias, creencias y condiciones vitales. Casi se podría decir que cada cáncer es como cada persona. En este sentido, me gusta recoger la perspectiva de la medicina ayurvédica que mantiene que se ha de tratar más al enfermo que a la enfermedad.

A partir la aceptación de la persona hay un campo enorme para trabajar la relación con la enfermedad. Hay que observar los recursos propios con los que cuenta cada persona para sobrellevar la enfermedad, la aceptación y legitimación de las distintas emociones y estados de ánimo. Este trabajo sutil, la construcción de una relación armónica con la enfermedad genera un empoderamiento frente al curso que siga la enfermedad, que no será siempre el que nos gustaría. A veces, es necesario ser fuertes; otras veces, la debilidad tiene su propia luz.

10. ¿Se habla de la muerte? ¿Se trabaja?

La muerte es un miedo que está presente desde el primer minuto que una persona recibe un diagnóstico de cáncer. En este sentido, lo que cuenta es cómo creamos una relación con este miedo y con la idea de la muerte que, en realidad, es el destino cierto para todos, padezcamos o no un cáncer. Evidentemente, transitar por la enfermedad te enfrenta cara a cara con la idea de la muerte en momentos en que, quizá, ni te habías planteado. Por lo tanto, queramos o no es una habitante más en nuestras sesiones.

El proceso oncológico y los controles posteriores se conocen como duelos anticipatorios, según Elisabeth Kübler, una manera de afrontar la idea de la muerte. Y a esto se deben los nervios, el no dormir antes de las pruebas o antes de recibir los resultados. Por lo tanto, cuando trabajamos estos distintos momentos en las sesiones, como mencioné antes, es una forma de trabajar esta relación con la muerte.

También están las pérdidas, el fallecimiento de personas que han formado parte del grupo. Cuando alguien fallece intento siempre hacer un pequeño ritual para honrar la presencia de la persona, su vida y su muerte. En relación con este tema, he tenido experiencias cargadas de amor, compasión y autocompasión que tienen un calado humano inimaginables.

11. ¿Algo más que quieras compartir?

Sí, en primer lugar me gusta siempre agradecer a mis alumnos/as por la confianza, por compartir y por la maravillosa enseñanza que supone compartir un trocito de su camino. Me siento profundamente honrada y agradecida por mi trabajo. Por otra parte, me alegra como cada vez se presta más atención y se reconoce la importancia de las terapias complementarias como el yoga para favorecer la calidad de vida de las personas con cáncer. En este sentido, quisiera relevar la importancia de una especialización, formación, para ofrecer un servicio profesionalizado. De nuestra seriedad depende el lugar que otorguemos al yoga dentro del ámbito de la salud.

Y, finalmente, agradecer a Xuan Lan por siempre estar presente y comprometida con difundir y promover acciones a favor de las personas con cáncer y el yoga oncológico.

Muchas gracias Adriana. 

Si quieres saber más sobre su trabajo puedes contactarla a través de su página web www.adrianajarrin.com o redes sociales @adriyoga_on. Practica y comparte esta clase de Adriana en XLYStudio.

clase de yoga para el cancer de mama

VER CLASE EN XLYSTUDIO

Namasté

Xuan Lan

Xuan Lan es instructora de yoga y meditación mindfulness. Tiene formación en Vinyasa (200 h), Jivamukti (75 h), Dharma yoga (200 h), Intensivo de Ashtanga (50 h) y Yoga para trauma (20 h). Además, también ha estudiado Gestión del estrés y Regulación Emocional con Mindfulness en la UOC (Universidad Oberta de Catalunya).

Es autora de 3 libros: "Mi diario de yoga", "Yoga para mi bienestar" y "La buena hija vietnamita".

¡Compártelo en tus redes!
SocialMediaIcon SocialMediaIcon
  • maria jose gonzalez moreno
    07 de Noviembre del 2022 - 20:51

    Me ha encantado la entrevista con la entrevista con Adriana Jarrín y su clase de yoga oncológica porque yo estoy en fase de recuperación de un cáncer de mamas (dos). Cáncer hormonal.

  • Deja tu comentario