En este mes de enero hemos vuelto a la esencia del yoga. Revisar y volver al origen de la raíz es igual de importante para seguir creciendo y caminando este camino.
Como ya hemos visto en varias ocasiones, el yoga incide en que no solo hay que colocarse perfectamente en cada asana, sino dejar que la mente se calme y permitir que la esencia divina penetre en el practicante. Según la mitología hindú, ese objetivo sagrado es el verdadero origen del yoga.
Según los textos, como los Yogas Sutras de Patañjali, dicen que la postura ha de ser firme, cómoda, relajada, inmóvil. Además, se recomienda que la respiración sea adecuada y la atención firme. Por todo ello, el yoga no puede quedar relegado a un mero ejercicio físico. Es mucho más, es una filosofía de vida que nació hace miles de años y cuyas prácticas aparecen reflejadas en las bases del hinduismo.
El significado real de las asanas
Hanumanasana es una postura de yoga que fortalece el cuerpo y trabaja la flexibilidad a las piernas. Pero, más allá de la parte física o estética, el objetivo de colocarnos con las piernas separadas y estiradas, y el corazón expandido y abierto tiene un trasfondo profundo.
Al colocarnos en Hanumanasana lo que hacemos es encarnar al Rey Mono. En la mitología hindú, Hanuman es el jefe de los monos y representa el vánara (una raza legendaria de hombres mono con aspecto de primate, pero con inteligencia humana). Se dice que tiene poderes extraordinarios, como cambiar de tamaño, mover montañas con su fuerza o recorrer enormes distancias. De hecho, la postura representa el salto que el rey mono dio desde la India hasta Sri Lanka para rescatar a la diosa Sita, mujer de Rama, que fue secuestrada.
Es decir, que practicar Hanumanansana nos coloca en una actitud de fuerza, determinación, constancia, pero también de bondad, devoción, amabilidad. Un trabajo muy poderoso que va calando a medida que trabajamos la postura. Hanuman es una representación para vencer obstáculos, esta postura nos recuerda que poseemos un poder ilimitado dentro para conseguir lo que deseamos, pero sin renunciar a la devoción y al poder del corazón.
Si quieres convertirte en un súper Hanuman no puedes perderte esta clase de Rebeca Recatero.
Y esto es lo que pasa con muchas posturas de yoga. No son un mero trabajo físico, no tienen nada que ver con la imagen contorsionista que a veces se ha difundido del yoga en Occidente. Las asanas están inspiradas en las características y atributos de todo tipo de seres. Veamos algunos ejemplos:
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- Naturaleza: Árbol (Vrksana), postura del Loto (Padmasana).
- Insectos: Langosta (Salabhasana), Escorpión (Vrschikasana).
- Anfibios: Pez (Matsyasana), Tortuga (Kurmasana), Cocodrilo (Nakrasana).
- Aves: Garza o cuervo (Bakasana), Pavo Real (Mayurasana).
- Cuádrúpedos: Perro (Svanasana), Camello (Ustrasana).
- Embrión humano: Garbha Pindasana.
- Héroes: Virabhadrasana, Hanummansana.
- Sabios: Bharadvajasana, Vasisthasana.
Practicar Virabhadrasana es trabajar la fuerza y el poder del guerrero en la batalla. Cuando adoptamos la forma del árbol en Vrksana nos colocamos en un estado mental de tolerancia, en Matsyasana de escucha profunda, en Kurmasana desarrollamos paciencia… Y así se empieza a conocer el verdadero mensaje del yoga. Si quieres conocer más sobre los dioses que dan nombre a algunas asanas, te recomiendo este post sobre Posturas Sagradas.
Yoga y mitología: La importancia de las asanas
Una de las teorías que explican el objetivo de ir practicando las diferentes asanas es que el yoga no hace distinción. Es igual de importante la langosta que el dios Hanuman. Todas las criaturas del Universo son iguales porque todas contienen la misma esencia, el Espíritu Universal de Brahma que late en cada forma.
Y el trabajo está precisamente en pasar por todas esas fases de la creación, encarnando a los diferentes seres de la escala evolutiva, con sus características y atributos.
La tradición afirma que existen 84.000 posturas (el texto que mayor número describe es el Gheranda Samhita), siendo 84 de ellas las más importantes, aunque muchos maestros aseguran que entre 10 y 20 de ellas serían suficientes para conseguir la armonía interna deseada.
Trinidad o trimurti
El hinduismo es una religión con muchos dioses o deidades, pero bajo el nombre de Trinidad o trimurti se conoce a los tres más conocidos que encarnan las tres fuerzas principales e iguales de necesarias del Universo.
- Brahma, el dios de la creación. Principio universal que representa lo absoluto. Se representa como un hombre barbudo de cuatro cabezas simbolizando que ve en todas las direcciones.
- Vishnu, el dios de la conservación. Se dice que es el que preserva la vida, por ello tiene muchos seguidores. Se le representa de color azul y algunos de sus avatares más comunes tienen nombres de posturas: Matsya (el pez), Kurma (la Tortuga)… Otros son personajes conocidos de los textos sagrados como Krishna, en la Bhagavad Gita, o el rey Rama, en el texto épico de Mahabarata. Se dice que hasta 10 o 20 veces ha descendido este dios en la tierra.
- Shiva, el dios de la destrucción. Es necesario también porque muchas veces hay que acabar con algo para que surja lo nuevo. Se representa como un yogui con cuatro brazos y tres ojos. En su mano lleva un tambor para marcar el ritmo de la liberación. Todo esto queda manifestado en Natarajasana, la postura del dios de la danza.
Si quieres practicar Natarajasana conmigo, aquí tienes la clase multinivel dedicada a esta postura. Y, si quieres saber más sobre algunas asanas inspiradas en dioses de la mitología hindú, no te pierdas la segunda temporada de la serie Posturas Sagradas. Puedes ver el tráiler aquí:
Entrevista a Naren Herrero
Para profundizar más en el tema de la mitología y del origen del yoga no os podéis perder la entrevista que hemos hecho este mes a Naren Herrero, periodista y escritor especializado en la filosofía de la India y del yoga. Recientemente ha publicado su último libro “El viaje del yoga” y para nosotros es todo un referente.
Namasté
Xuan Lan es instructora de yoga y meditación mindfulness. Tiene formación en Vinyasa (200 h), Jivamukti (75 h), Dharma yoga (200 h), Intensivo de Ashtanga (50 h) y Yoga para trauma (20 h). Además, también ha estudiado Gestión del estrés y Regulación Emocional con Mindfulness en la UOC (Universidad Oberta de Catalunya).
Es autora de 3 libros: "Mi diario de yoga", "Yoga para mi bienestar" y "La buena hija vietnamita".