Halasana o la postura del arado es un asana de semi-inversión en posición supina en la que podemos experimentar niveles de flexión intermedios y avanzados en la columna, al llevar piernas y cadera por encima de la cintura escapular y los hombros.
Como en la mayoría de posturas semi-invertidas, el tiempo y la constancia surten un efecto de evolución y progreso en tu práctica de yoga. Por eso, aun si eres principiante, mi recomendación es practicar halasana regularmente porque uno de sus mayores beneficios es, sin duda, ayudarte a aumentar tu confianza en ti mismo.
A medida que vas integrando esta postura, te darás cuenta de que tu cuerpo responde con mayor apertura y entrega a la posición de inversión; elevando la cadera por encima de los hombros, y a la flexión profunda de tu columna vertebral, volviéndote más flexible.
Significado de halasana
Halasana se deriva de la palabra sánscrita ‘hala’ que significa ‘arado’. Se llama así porque la forma que adapta la postura final del cuerpo se asemeja al equipo agrícola que se emplea en el arado tradicional indio.
Generalmente practicamos halasana hacia el final de nuestra práctica de yoga pues es una postura de yoga que eleva el estado del cuerpo y de la mente a pratyahara (retirada de los sentidos), y nos prepara para entrar en la profundidad de una sesión de pranayama o de shavasana, la asana final por excelencia.
Cuando practico halasana, me gusta cerrar los ojos e intencionar mi respiración ujjayii a lo largo de mi garganta, el centro energético de la comunicación y la creatividad en el orden de los chackras.
Beneficios de la postura del arado
Halasana tiene varios beneficios a nivel físico y mental, estos son algunos de ellos:
- Fortalece los músculos de la espalda, piernas y abdominales.
- Descongestiona la tensión en lumbares y zona escapular.
- Mejora el funcionamiento de los nervios espinales al crear presión sobre los nervios en la región del cuello.
- Estimula la función de las glándulas tiroides, paratiroides, suprarrenales y pituitaria. Todas las demás glándulas endocrinas están reguladas por estas glándulas principales y, por lo tanto, se estimula la función general del sistema endocrino.
- Aumenta la circulación sanguínea de las piernas.
- Relaja y estira los ligamentos de isquiotibiales y pantorrillas.
- Estimula el sistema digestivo, lo que hace que esta postura sea útil para quienes sufren de estreñimiento y gases.
- Estimula los órganos reproductivos.
- Terapéutica para dolor de espalda, dolor de cabeza, insomnio y sinusitis.
En XLYStudio, mi plataforma de yoga y meditación online, podrás encontrar de manera muy sencilla clases según la postura que te apetezca practicar. Además, en la categoría “Asanas” podrás encontrar tutoriales de muchísimas posturas.
Cómo hacer la postura del arado
Mi recomendación
No practiques halasana en los siguientes casos:
- Mi consejo es evitar practicarla si padeces algún tipo de condición en cervicales o lesión discal. Te recomiendo leer las variaciones que te propongo más abajo.
- Evita practicar este asana si padeces de asma y presión arterial alta.
- Tampoco la hagas en los días de tu período, por tratarse de una postura de inversión, mejor practica yoga para la menstruación.
- Y en caso de estar embarazada te recomiendo no hacer esta postura, en el Programa de yoga online para embarazadas tienes muchas opciones para ti.
Teniendo en cuenta lo anterior, veamos el paso a paso de esta postura:
- Empieza tumbándote en el suelo boca arriba.
- Lleva las palmas de las manos al suelo y date impulso para llevar las piernas hacia arriba mientras sostienes tu espalda con ambas manos y activas el core.
- A partir de ahí, dobla las caderas y relaja las piernas para bajarlas lentamente, llevando los pies por encima de la cabeza.
- Empuja los isquiones y el coxis hacia el techo lo más alto que puedas. Mientras empujas la parte posterior de los muslos y los isquiones hacia arriba.
- Expande tu pecho para que tu esternón se levante para encontrar tu mentón. Relaja tu garganta y mantén una respiración fluida.
- Presiona y abre los hombros contra la esterilla. Trata de juntar los codos para así, quitar la presión de la parte posterior del cuello.
- Mantén tu torso perpendicular al suelo y tus piernas completamente extendidas.
- Para sentir todos los beneficios de la postura, mueva las piernas lo más lejos posible de la cabeza. Poco a poco flexiona las rodillas y acércalas a tus orejas.
- Entrelaza los dedos de tus manos detrás de la espalda y aprieta suavemente los omóplatos. También puede deslizar los brazos por encima de la cabeza y agarrar los dedos de los pies.
- Mantén la postura de 5 a 10 respiraciones completas dependiendo de tu nivel de comodidad.
- Finalmente, exhala y desciende lentamente vértebra por vértebra activando tus músculos abdominales para proteger tu espalda.
Por lo general, halasana es la evolución natural de Sarvangasana o postura de la vela.
Contraposturas
Al salir de halasana lleva ambas rodillas al pecho y abraza tus piernas por unos segundos y realiza algunas de estas contraposturas.
- Lleva tus manos debajo de los glúteos y levanta el torso para ir a Matsyasana o postura del pez. Una de las posturas que más me gusta para abrir el pecho y el corazón.
- O puedes también realizar una torsión final conocida como Jathara Parivartanasana o postura del abdomen girado. Una postura ideal para finalizar tu práctica o complementar halasana. Extiende tus piernas hacia arriba formando un ángulo de 90 grados con el cuerpo, abre tus brazos a los costados, a la altura de los hombros y gira el torso hacia un lateral dejando caer las piernas hacia ese costado mientras apuntas con tu pecho hacia arriba. Repite del otro lado.
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Variantes de Halasana
POSTURA DEL ARADO CON UNA MANTA DOBLADA DEBAJO DE LOS HOMBROS
Esta variante de halasana es ideal para principiantes o para quienes tienen alguna condición en espalda alta y hombros. Coloca una manta doblada debajo de tus hombros y tumbate de manera que tu cabeza y la mayor parte de tu cuello descansen fuera del borde de las mantas. Tus hombros presionan las mantas cerca del borde formando un soporte. Eleva tus piernas y lentamente ve entrando en la postura.
Tienes la opción de llevar las piernas hacia una pared para poco a poco descenderlas a tu ritmo. Puedes también usar una silla para descansar ahí las piernas en el momento de llevarlas por encima de tu cabeza.
PRASARITA HALASANA
Hacemos la postura del arado como de costumbre y extendemos las piernas abiertas, totalmente separadas una hacia cada lado.
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Namasté.
Xuan Lan es instructora de yoga y meditación mindfulness. Tiene formación en Vinyasa (200 h), Jivamukti (75 h), Dharma yoga (200 h), Intensivo de Ashtanga (50 h) y Yoga para trauma (20 h). Además, también ha estudiado Gestión del estrés y Regulación Emocional con Mindfulness en la UOC (Universidad Oberta de Catalunya).
Es autora de 3 libros: "Mi diario de yoga", "Yoga para mi bienestar" y "La buena hija vietnamita".