Existen posturas de yoga que son muy recomendables si sufres de problemas de digestión. A menudo, los gases, la inflamación del estómago, el estreñimiento, o incluso el colon irritable pueden ser muy molestos y limitarnos en nuestra actividad en el día a día.
Por ello, el yoga es una herramienta natural, suave y eficaz ideal para aligerar la sensación de inflamación, gases o estreñimiento y mejorar tu digestión. En este artículo encontrarás beneficios concretos del yoga para la digestión, consejos específicos para adoptar en tu día a día y posturas de yoga recomendadas para incorporar en tu rutina.
¿Por qué el yoga ayuda a mejorar la digestión?
Me gusta mucho decir que el yoga es una de las mejores medicinas que existe. A través de la práctica, ponemos el foco en las sensaciones corporales y experimentamos una sensación de conexión y calma y en ciencia también tiene una explicación. Practicar yoga con frecuencia nos ayuda a activar el sistema nervioso parasimpático, el responsable de la relajación y la recuperación en nuestro cuerpo que también beneficia nuestro estómago.
Cuando el sistema nervioso parasimpático se activa, entramos en un estado de paz, bajamos nuestras pulsaciones, la presión arterial, nuestro sistema digestivo se moviliza y empieza a funcionar de manera más eficiente. A menudo se dice que la respiración es el puente con nuestras emociones. A través del pranayama o técnicas de respiración, podemos inducir este momento de calma y descanso con múltiples beneficios sobre nuestra salud intestinal, y sobre nuestro sistema nervioso en general.
Beneficios específicos del yoga para mejorar tu digestión
- Favorecer el tránsito intestinal. Las torsiones y flexiones en yoga masajean nuestro sistema digestivo y estimulan nuestros órganos. Esto tiene un impacto positivo sobre nuestro colon, hígado o estómago en sus funciones vitales.
- Relajar y liberar tensiones. El estrés afecta nuestra digestión, hace que nuestro sistema digestivo se ralentice y genere hinchazón, indisposiciones o espasmos intestinales. Cuando practicamos yoga liberamos estos bloqueos sobre nuestro sistema digestivo y favorecemos una digestión más tranquila y eficiente.
- Aliviar la inflamación y mejorar la motilidad intestinal a través de técnicas de respiración consciente o pranayama. Si quieres ahondar en el poder de la respiración y la meditación, en XLYStudio tenemos una clase completa de yoga enfocada a mejorar la digestión con kapalabhati pranayama, un trabajo de contracción del bajo abdomen que se hace a un tiempo determinado y que permite masajear los órganos internos.
Consejos para una mejor digestión
Pero si lo que buscas son consejos para una mejor digestión, y evitar sentir molestias como gases, estreñimiento o digestiones pesadas, tus hábitos deben incluir ejercicio y una alimentación saludable y equilibrada. Hecha un vistazo a estos consejos para conseguir una mejor digestión en tu día a día:
- Practica la atención plena durante las comidas. Haz de la comida un momento tranquilo, come despacio y sin pantallas.
- Mastica bien los alimentos. De esta manera, tu cuerpo podrá asimilar todos los nutrientes.
- Adopta una dieta equilibrada rica en fibra para ayudarte a ir de vientre. Recuerda beber mucha agua, evita los azúcares refinados y opta por alimentos naturales y de temporada.
- Programa tus comidas en horarios habituales. Cena pronto y prueba a caminar después de las comidas para activar tu sistema digestivo.
- Limita las cantidades en tu plato. Así, no sobrecargarás el estómago y evitarás reflujos en el esófago.
- Aprende técnicas de respiración que aporten calma a tu abdomen. Prueba los diferentes tipos de respiración, como la respiración yóguica o nadhi shodhana.
- Practica yoga con regularidad para favorecer tu digestión y no directamente después de comer.
- Si lo necesitas, ayúdate de probióticos e infusiones de hinojo o manzanilla para evitar gases. La dieta ayurvédica es una gran fuente de conocimiento.
Las mejores posturas de yoga para mejorar la digestión
En esta selección de posturas de yoga para la digestión, vamos a intercalar posturas de flexión y extensión para poder trabajar la zona abdominal y estimular nuestro sistema digestivo. Recuerda que debes incluirlas en tu rutina pero no es recomendable que las practiques después de una comida:
Balasana con las piernas cruzadas
En posición sentada con las piernas cruzadas, o un pie delante del otro, camina hacia delante con tus manos estirando tu espalda. Notarás una presión sobre tus órganos digestivos, relaja la cabeza y quédate abajo. Esta posición puede ser incómoda para algunas personas. Aguanta unas respiraciones y regresa a la posición.
Torsión suave con las piernas cruzadas
En la misma posición con las piernas cruzadas sube los brazos en posición de extensión y alarga la espalda, liberando espacio en tu zona abdominal. Gira el tronco hacia un lado a medida que bajas tus brazos, tocando con una mano la rodilla opuesta. Rota el tronco y siente una torsión suave en tu abdomen. Cambia de lado y vuelve al centro.
Balasana o la postura del niño
En la posición del niño o balasana, exhala y siéntate sobre tus talones. Estira los brazos primero hacia delante, hacia un lado y después hacia el otro. En esta postura, los músculos abdominales se contraen ya que tienen menos espacio para moverse en la inhalación y exhalación.
Adho Mukha Svanasana o perro boca abajo
En esta posición, levanta las caderas y lleva el peso hacia atrás, de manera que puedas estirar brazos y espalda apuntando las nalgas hacia arriba. Adho Mukha Svanasana es una postura de flexión hacia delante y semiinvertida, que ayuda a liberar tensión en el abdomen y el diafragma.
Uttanasana, la postura de la pinza
En posición de pie, inhala y sube los brazos hacia arriba. Déjalos caer hacia delante y cógelos desde los codos, en la posición de la pinza. En esta posición, masajeamos los órganos digestivos con una compresión natural del abdomen. Si sufres de colon irritable, es recomendable que combines esta práctica con posturas de yoga restaurativo.
Ardha Hanumanasana
Con una pierna flexionada entre las manos, apoya la rodilla trasera y las manos en el suelo. Estira suavemente la pierna delantera manteniéndola activa y alarga el tronco hacia ella con la espalda recta. Esta postura favorece la respiración profunda y mejora la oxigenación de los órganos internos.
Torsión suave de pie con apoyo
Coge un bloque o un libro y sitúalo en el suelo a una altura que te sea cómoda según tu flexibilidad. De pie con las rodillas ligeramente flexionadas, apoya una mano en un bloque y eleva el brazo contrario en una torsión suave. Mantén la espalda larga y el abdomen relajado.
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¡Nos vemos en la esterilla!
Namasté 🙏🏼
Xuan Lan es instructora de yoga y meditación mindfulness. Tiene formación en Vinyasa (200 h), Jivamukti (75 h), Dharma yoga (200 h), Intensivo de Ashtanga (50 h) y Yoga para trauma (20 h). Además, también ha estudiado Gestión del estrés y Regulación Emocional con Mindfulness en la UOC (Universidad Oberta de Catalunya).
Es autora de 3 libros: "Mi diario de yoga", "Yoga para mi bienestar" y "La buena hija vietnamita".
