Pasas horas frente al ordenador. Sentada en la misma postura, con el cuello tenso, los hombros encogidos y la espalda baja protestando en silencio. Terminas el día con la rigidez articular, las rodillas pesadas y la sensación de que tu cuerpo ya no te sigue el ritmo. Y no sabes si es por el trabajo, por la edad, o por todo junto.
A partir de los 40, muchas mujeres empezamos a notar que el cuerpo cambia sin avisar: nos cuesta más entrar en calor, la movilidad se reduce, aparecen molestias nuevas en zonas que antes ni sentíamos, y hasta dormir en mala postura puede dejarnos contracturadas dos días.
Pero aquí va la verdad: no estás sola, y no es irreversible. Tus articulaciones no se han “gastado”, simplemente te están pidiendo atención. Atención real, desde el movimiento consciente, la respiración, y técnicas pensadas para esta etapa de la vida.
¿Qué es la movilidad articular y por qué se vuelve más importante después de los 40?
La movilidad articular es la capacidad que tienen nuestras articulaciones para moverse en su rango natural sin restricciones ni dolor. Aunque a menudo se confunde con la flexibilidad, que es el estiramiento de los músculos, la movilidad es un concepto más amplio que está estrechamente relacionado con la salud integral de todo el sistema musculo-esquelético: músculos, ligamentos, tendones, cápsulas articulares y fascia. Cuando hablamos de movilidad articular, nos referimos a la capacidad de mover las articulaciones de manera eficiente, sin dolor ni rigidez.
A medida que cumplimos los 40, nuestra movilidad articular empieza a cambiar de forma natural. En particular, en nosotras las mujeres que experimentamos una disminución notable de la movilidad debido a la menopausia y los cambios hormonales asociados. Durante esta etapa, la disminución de estrógenos tiene un impacto directo en la salud de las articulaciones. Los estrógenos juegan un papel importante en la lubricación de las articulaciones y en la salud del cartílago, por lo que su disminución puede dar lugar a una mayor fricción y rigidez en las articulaciones, lo que, a su vez, puede contribuir al dolor articular.
El dolor articular se convierte en uno de los principales obstáculos para disfrutar de una vida activa a medida que envejecemos. Las articulaciones menos lubricadas y más rígidas no solo hacen que los movimientos sean más difíciles, sino que también aumentan la probabilidad de lesiones. El dolor puede ser especialmente notorio en las articulaciones que soportan peso, como las rodillas, caderas y columna vertebral, donde la falta de movilidad puede restringir el rango de movimiento natural y generar incomodidad al realizar actividades cotidianas.
Además, la rigidez articular provocada por la pérdida de movilidad no solo genera dolor inmediato, sino que también puede desencadenar una espiral de debilitamiento muscular. Cuando el dolor articular se convierte en una barrera para el ejercicio y el movimiento, los músculos circundantes pueden perder fuerza y flexibilidad, lo que, a su vez, empeora la rigidez y el dolor, creando un ciclo difícil de romper.
¿Cómo afecta todo esto a nuestra calidad de vida?
La falta de movilidad articular no solo afecta nuestra capacidad de movernos sin dolor, sino que también tiene un impacto significativo en nuestra postura y equilibrio. Con el paso del tiempo, la pérdida de movilidad en áreas clave del cuerpo puede generar una postura encorvada o desequilibrada, lo que aumenta la probabilidad de caídas y lesiones adicionales.
Además, el dolor articular persistente, causado por la rigidez y la falta de movilidad, puede influir en nuestra salud mental y emocional, creando una sensación de frustración y limitación. El estrés y la ansiedad relacionados con el dolor crónico son comunes, y pueden afectar nuestra motivación para realizar actividades físicas o incluso para disfrutar de las tareas cotidianas.
La importancia de la movilidad articular después de los 40
Mejorar la movilidad articular se convierte en una prioridad después de los 40, especialmente para las mujeres que experimentan los efectos de la menopausia. Practicar ejercicios específicos que favorezcan la movilidad, como el Pilates, yoga o estiramientos dirigidos, puede ser crucial para contrarrestar la rigidez articular, mejorar la circulación y mantener las articulaciones saludables.
A través de ejercicios que promuevan la lubricación articular y el fortalecimiento muscular, podemos reducir el riesgo de dolor y lesiones, mejorar la postura y la flexibilidad, y sobre todo, recuperar una sensación de agilidad y vitalidad. Además, estos ejercicios ayudan a aumentar la circulación sanguínea en las articulaciones, lo que mejora la nutrición de los tejidos articulares y combate la rigidez.
Al priorizar la movilidad articular, no solo estamos previniendo el dolor, sino que estamos tomando medidas activas para mantenernos más ágiles y activos durante esta etapa de la vida. Incorporar rutinas que favorezcan el movimiento y la flexibilidad puede marcar la diferencia entre vivir con dolor o disfrutar de un estilo de vida activo y sin restricciones.
Mejorar la movilidad articular a esta edad es fundamental para:
- Prevenir dolores y lesiones: La reducción de la flexibilidad y la lubricación de las articulaciones puede aumentar el riesgo de lesiones, pero trabajar la movilidad puede contrarrestar estos efectos.
- Mantener una buena postura y equilibrio: La movilidad adecuada ayuda a sostener una postura correcta, lo cual es vital para evitar dolor y desequilibrios musculares, especialmente cuando las hormonas afectan la fuerza muscular y la estabilidad.
- Disfrutar de una vida activa con más seguridad: Con el paso de los años, la actividad física es esencial, pero también lo es la capacidad de moverse sin dolor ni restricciones, lo que permite una mayor libertad para practicar deportes o realizar tareas diarias.
- Sentirse más ágil, fuerte y vital en el día a día: La pérdida de movilidad no solo afecta la capacidad de moverse sin dolor, sino que también puede disminuir la energía general y la vitalidad. Mantener una buena movilidad articular te ayudará a sentirte más joven y vital.
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Movilidad y fuerza: el dúo esencial para la salud articular
Con la edad, no solo perdemos movilidad, también fuerza muscular. Por eso, es fundamental trabajar ejercicios de movilidad articular y fuerza funcional para mejorar la movilidad articular después de los 40, proteger los huesos y mantener una buena calidad de vida.
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El yoga para mujeres mayores de 40 es una excelente herramienta porque combina estiramientos suaves, fuerza consciente, respiración y equilibrio emocional. Una práctica regular puede marcar un antes y un después en tu bienestar.
5 técnicas efectivas para mejorar la movilidad articular después de los 40
- Movilización articular consciente: Inicia tu día o tu práctica de yoga con movimientos suaves que movilicen todas las articulaciones: cuello, hombros, muñecas, caderas, rodillas, tobillos… Realiza círculos, balanceos o giros lentos. Este tipo de ejercicios estimula el líquido sinovial, que nutre y protege las articulaciones.
- Estiramientos dinámicos: Ideales para preparar el cuerpo antes de una clase o como calentamiento suave. Movimientos como apertura de brazos, torsiones suaves o balanceos de piernas activan el cuerpo sin forzarlo.
- Posturas de yoga que fortalecen y movilizan: Posturas como el Perro boca abajo, el Guerrero II o la Silla fortalecen músculos estabilizadores y mejoran la movilidad de hombros, caderas y columna.
- Respiración y consciencia corporal: Respirar profundo, mantener la atención en el cuerpo y moverse sin prisa permite respetar los límites articulares y evitar compensaciones que generan molestias. La respiración también relaja tensiones musculares que limitan la movilidad.
- Practicar yoga adaptado a tu etapa vital: Elige clases diseñadas para mujeres en esta etapa de la vida: suaves, progresivas, con énfasis en articulaciones, columna, caderas y piernas. Estilos como Hatha Yoga, Yin Yoga o Vinyasa suave son perfectos para mantener la movilidad articular y ganar fuerza sin impacto.
Beneficios del yoga para la movilidad articular en mujeres mayores de 40
Además de mejorar el rango de movimiento y aliviar rigideces, trabajar la movilidad articular a partir de los 40 te aportará:
- Menos riesgo de caídas y lesiones.
- Mayor confianza corporal.
- Energía y vitalidad en la rutina diaria.
- Bienestar emocional y conexión contigo misma.
¡Recuperar la movilidad es recuperar libertad!

Xuan Lan es instructora de yoga y meditación mindfulness. Tiene formación en Vinyasa (200 h), Jivamukti (75 h), Dharma yoga (200 h), Intensivo de Ashtanga (50 h) y Yoga para trauma (20 h). Además, también ha estudiado Gestión del estrés y Regulación Emocional con Mindfulness en la UOC (Universidad Oberta de Catalunya).
Es autora de 3 libros: "Mi diario de yoga", "Yoga para mi bienestar" y "La buena hija vietnamita".