Hace unos meses una contractura en el hombro me impidió mantener mi practica habitual de yoga, limitándome a las posturas básicas de pie y sentadas. Esto me causó una cierta frustración, pero esta señal clara de mi cuerpo me obligó en cambiar mis hábitos, hacer un trabajo mental de aceptación y dedicar mi tiempo de practica a profundizar asanas que quizás había descuidado.
Las cosas “malas” o que consideramos negativas siempre se pueden transformar en oportunidades de crecer si ves el lado positivo.
Durante unas semanas estuve practicando más aperturas de caderas, profundizando flexiones, volviendo a las bases del hatha yoga, y re-descubriendo el yin yoga. En resumen disfrute el hecho de aflojar el aspecto físico e intenso de los yoga dinámicos como el ashtanga yoga que fue mi práctica durante estos 10 últimos años. El ser humano puede ser muy competitivo empujando nuestro cuerpo al límite, y en yoga también nos pasa cuando queremos llegar a las posturas avanzadas que vemos en Instagram.
No se si fue por mi estado pero me di cuenta que en este final de verano muchos de mis alumnos necesitaban practicas más tranquilas, que el cambio horario y de estación les estaba afectando, pidiendo menos saltos y vinyasas de ashtanga yoga por posturas pasivas pero no menos intensas Quizás al estar yo misma limitada, ofrecía a mis alumnos una nueva opción de practica más lenta que descubrieron y disfrutaron particularmente.
El otro aspecto positivo fue empezar a salir a correr para aprovechar el buen tiempo sin usar mi hombro dolido. Empecé este verano corriendo 3-4 km en París, la Provenza o Normandía, pero siempre con dificultad ni muchas ganas. Pasaba casi más tiempo estirando al final de la sesión que corriendo, pero era la ocasión de hacer unas asanas al aire libre con nuevas sensaciones, con el cuerpo caliente y más flexible del entrenamiento pero con la necesidad de ir con cuidado porque está cansado físicamente.
Lee los posts sobre estiramientos yoguis after running, 1ª parte y 2ª parte.
De vuelta a Barcelona, me di cuenta que correr era una buena opción para salir al aire libre, podía bajar a la playa o subir a la colina para ver el mar desde arriba. Una gozada, y de 3-4 km, pase a 5-6km.
Mi amiga Silvana me sugirió correr la Carrera de la Mujer, una carrera fácil de 8 km para apoyar la AECC con la lucha contra el cáncer de pecho. No podía haber mejor meta para entrenar y participar con mis amigas.
Con un entrenamiento semanal durante dos meses fue suficiente para sentirme preparada. Mi objetivo era acabar la carrera corriendo y pasarlo bien. Así fue, acabe mi primera carrera de running sin que me costara tanto como me lo imaginaba, lo conseguí por estar rodeada de mis amigas y hacerlo sin presión. Fue una experiencia muy bonita y muy positiva a pesar de haber empezado por no poder hacer un chaturanga por mi hombro contracturado.
¿Tú también conseguiste en algún momento de tu vida transformar pensamientos negativos en energía positiva?
Post actualizado el 12 de agosto 2020.
Xuan Lan es instructora de yoga y meditación mindfulness. Tiene formación en Vinyasa (200 h), Jivamukti (75 h), Dharma yoga (200 h), Intensivo de Ashtanga (50 h) y Yoga para trauma (20 h). Además, también ha estudiado Gestión del estrés y Regulación Emocional con Mindfulness en la UOC (Universidad Oberta de Catalunya).
Es autora de 3 libros: "Mi diario de yoga", "Yoga para mi bienestar" y "La buena hija vietnamita".
Con algunas situaciones es muy complicado ver la parte positiva, pero es necesario buscar lo bueno para salir del hoyo. En mi caso logre que la pérdida del trabajo se convirtiera en un proceso de reciclado formativo y al final en una mejora profesional.