La práctica de yoga de forma regular nos ofrece la oportunidad de observarnos y sentir de otro modo distinto al que solemos hacerlo. Y al hacer esto de forma habitual, nos damos cuenta de que, además de ser el cuerpo físico, estamos compuestos de algo más. Si ya llevas un tiempo practicando conmigo, seguro que has percibido esa especie de vibración o movimiento interno de contracción o expansión que se produce al deshacer un asana, al estar meditando o en la relajación final en savasana.
Eso es el prana o la energía vital que nos sostiene. Según la tradición yóguica, el prana tiene diferentes funciones en el cuerpo físico y a esas funciones se las conoce como vayus (aires vitales). Hay diez vayus y cada uno se localiza en una zona del cuerpo desde donde actúa y desde dónde se mueve, aunque son dos los más importantes, la energía ascendente y la descendente. ¡Vamos a verlos!
Prana Vayu y Apana vayu: energía ascendente y energía descendente
Son las energías Prana Vayu y Apana Vayu, que en realidad corresponden a la misma energía, están relacionadas y son complementarias, aunque cada una tiene sus funciones correspondientes y sus fuerzas o movimientos contrapuestos. El yoga nos enseña a influir sobre esos vayus para mejorar sus actividades y conseguir su máximo aprovechamiento.
Prana vayu
Prana Vayu es la que nos da energía para el día a día. Se puede traducir como “el aire que se mueve hacia delante”.
Estas energías se mueven en dirección ascendente, de abajo hacia arriba, desde la parte superior del diafragma a la laringe. Las corrientes de aire suben contribuyendo y mejorando los procesos de absorción de alimentos, funcionamiento del corazón y absorción de oxígeno del aire que respiramos. Todo esto está muy relacionado con el momento en el que inhalamos, donde cogemos la energía de fuera y absorbemos los elementos que el organismo necesita para su correcto funcionamiento.
Apana vayu
Apana Vayu es el responsable de que eliminemos todo lo que nos sobra. Se puede traducir como “el aire que se aleja”.
Estas energías se mueven en dirección descendente, de arriba hacia abajo, desde el ombligo hasta la pelvis. Las corrientes energéticas descienden contribuyendo y mejorando los procesos de eliminación de residuos corporales, las heces y la orina. Estas fuerzas también ayudan a la eliminación de dióxido de carbono por medio de la respiración, y otras funciones fisiológicas, como la menstruación, la eyaculación o el parto. Está vinculado al momento en el que exhalamos, soltamos el aire hacia fuera.
La importancia de Apana Vayu
Es importante nutrirnos, la captación del prana a través del trabajo de Prana Vayu, pero también es igual de importante aprender a soltar. Apana Vayu es un movimiento energético que, con el estilo de vida de hoy en día, puede estar muy desequilibrado. En general, nos cuesta soltar o dejar ir. Lo que se traduce en patologías y problemas mentales y emocionales como estreñimiento, relaciones afectivas tóxicas, miedos, depresión… Cuando Apana Vayu está débil, además podemos sentir falta de motivación y de determinación, encontrarnos perezosos, confusos e indecisos.
A través del yoga podemos trabajar Apana Vayu. Determinadas posturas ayudan a conectar con la tierra y equilibrar esos movimientos pránicos descendentes. Son todas aquellas en las que el foco de la atención está en nuestra exhalación.
Asanas de yoga para Apana Vayu:
- Posturas de pie: Virabhadrasana, Uttitha Trikonasana, Vriksasana.
- Asanas de flexión hacia delante: Uttanasana, Paschimottanasana, Prasarita Padottanasana.
- Torsiones sentados: Ardha Matsyendrasana o Marichyasana C.
- Práctica de yin yoga o yoga restaurativo.
El poder del pranayama
La parte más conocida del yoga es asana, pero el pranayama es quizá más poderoso. Con unos pocos minutos de técnicas de respiración podemos conseguir muchos cambios internos que quizá no son tan obvios con la práctica de posturas físicas. Es algo sutil pero se puede notar con la práctica constante.
Con los ejercicios de pranayama conseguimos equilibrar y modificar los vayus. Y es porque la respiración es la función fisiológica más directamente relacionada con el prana y es además un eslabón que une el cuerpo y la mente.
Seguro que has percibido que cuando la mente está agitada, también lo está la respiración; y cuando la mente está tranquila, la respiración es suave y armoniosa. Los yoguis se dieron cuenta de esto y desarrollaron el pranayama, las técnicas por las que
influyendo en la respiración se consigue estabilizar la mente. Y esto es algo que a todos nos interesa, ¿verdad?
“Cuando el prana se mueve, chitta (mente) se mueve. Cuando el prana está tranquilo, chitta también está tranquila. Por esta quietud (del prana) el yogui alcanza la calma. Por lo tanto debe controlarse vayu (aire)”
Beneficios del pranyama
Así, vemos como un ejercicio como la respiración yóguica completa nos aporta vitalidad y ayuda a potenciar Prana Vayu. Y si lo que queremos es seguir trabajando Apana Vayu, lo mejor será recurrir a Kapalabhati o Ujjayi Pranayama. Estos y otros pranayamas pueden ayudarnos a equilibrar Apana Vayu y como consecuencia nos aportan estos beneficios:
- Combatir el estreñimiento.
- Ayudar a sanar problemas menstruales.
- Mejorar los procesos digestivos.
- Ganar confianza en nosotros mismos.
- Aprender a soltar hábitos, patrones, relaciones, lugares… que ya no nos sirven o incluso nos perjudican.
- Eliminar miedos.
- Combatir el insomnio.
- Sentirnos más motivados.
- Eliminar la ansiedad y serenar la mente.
- Bajar la presión sanguínea.
Otros vayus
- Samana Vayu: Estas energías se mueven de derecha a izquierda y de izquierda a derecha en el área que se encuentra entre el esternón y el ombligo. Las corrientes se mueven ayudando a digerir y asimilar el prana de los alimentos. Además, mantiene la salud de estómago, hígado, páncreas, intestinos y regula sus secreciones.
- Udana Vayu: Se encuentra en el área del cuello, cabeza y extremidades. La energía aquí se mueve en forma circular y su función es regular la expresión facial, el habla, nutrir los órganos de los sentidos o realizar el movimiento de la garganta.
- Vyana Vayu: Este vayu está en todo el cuerpo e integra a todos los demás repartiendo el prana por todo el organismo.
Practica conmigo en XLYStudio
Si quieres profundizar en los vayus, te propongo esta clase que realicé en directo en mi plataforma XLYStudio, a la cual puedes acceder mediante una prueba gratuita de 14 días si todavía no estás suscrito.
Namasté
Xuan Lan es instructora de yoga y meditación mindfulness. Tiene formación en Vinyasa (200 h), Jivamukti (75 h), Dharma yoga (200 h), Intensivo de Ashtanga (50 h) y Yoga para trauma (20 h). Además, también ha estudiado Gestión del estrés y Regulación Emocional con Mindfulness en la UOC (Universidad Oberta de Catalunya).
Es autora de 3 libros: "Mi diario de yoga", "Yoga para mi bienestar" y "La buena hija vietnamita".