El año pasado en un restaurante de Madrid estuve escuchando sin querer una conversación entre 3 chicas super fashion y arregladas, que comentaban lo divertido que fue su experiencia en la Spartan Race a pesar de los morados y algunos cortes pequeños.
Una decisión precipitada
Hace unos meses cuando vi que Reebok organizaba la Spartan Race en Barcelona, sin pensarlo dos veces, me inscribí y al leer el reglamento y ver las fotos, me asuste por mi propia decisión.
Soy profesora de yoga, trabajo descalza con los pies siempre cuidados, practico en entornos limpios, tranquilos y cosy enseñando el arte de la atención plena con posturas lentas y controladas. Al entrar en el detalle de la prueba me imaginaba gritando “Aru aru aru ” a cuatro patas en la tierra mojada. Y lejos del gato-vaca yogui iba a ser un jabalí sucio corriendo en la montaña con las zapatillas y la ropa llena de barro. ¿Dónde me había metida yo sola?
Y justamente convencí a dos amigas, Silvana y Mireia, para que se apuntaran conmigo para, oficialmente, hacerlo en equipo y pasarlo bien con ellas, pero la razón verdadera era que sabía que sin ellas no iba a llegar hasta el final.
Descubrí el burpee
Unos dos meses antes de la carrera organice unos entrenamientos con un personal trainer especializado que ya había hecho la Spartan Race varias veces.
Alejandro Marcet, fundador de Personal Win Training, explicaba en sus videos Youtube como superar los obstáculos. No es un chico muy alto pero muy ágil, sube un muro como Spiderman y trota a 5min/km sin esfuerzo (como referencia corro a 6min/km), y sobre todo nos iba a explicar y entrenar para la carrera.
Nos enseñó los trucos para subir muros de 2 o 3 m, lanzar la jabalina, subir una cuerda (aunque nos avisó que era casi imposible el día de la prueba por ser mojada), pasar bajo alambre de espino y sobre todo cómo hacer los burpees. El burpee parece un mini vinyasa intenso pero el problema es el castigo son 30 burpees en caso de no pasar un obstáculo…
Salir de mi zona de confort
Para mi fue una prueba importante para salir de mi zona de confort, entrenar y hacer una carrera en un entorno muy distinto de mi habitual mat de yoga. En el primer entrenamiento me rasque todos los codos y me costó en el running de vuelta, en el segundo me hice un poco de daño al plexus solar al saltar un muro; en varios momentos pensé abandonar pero no podía abandonar a mi equipo. Tenía que aceptar mi debilidad y mi miedo, y trabajar lo que podía mejorar para llegar en las mejores condiciones posibles. El miedo no era tanto por hacer la prueba (o sí), pero por hacerme daño. Me dedico a una actividad física, y hacerme daño supondría no poder dar clases y hacer mi trabajo.
El entrenamiento no era solo físico, sino también mental. Trabajé la autoconfianza gracias al apoyo de mi equipo, cada día nos mandábamos mensajes en nuestro chat de WhattsApp.
Cuando se desprende una energía positiva en tu alrededor la absorbes y sienta bien. En yoga practicamos solos, en pocas ocasiones nos ayudamos entre alumnos (salvo en acroyoga o durante un taller) pero la energía de grupo es distinta de una clase particular. Siempre me ha gustado ir a clase de grupo y practicar con otras personas, me motiva, y me siento parte de algo que nos une a todos.
El espíritu de equipo
El domingo pasado, al llegar a uno de los 3 de los enormes parking del evento, viendo a los miles de participantes, nos entró un mini pánico que se nos pasó al ver el ambiente relajado.
Durante toda la carrera nos íbamos esperando en cada obstáculos pasándolos juntas un equipo, para apoyarnos y asegurar nos del bienestar de las otras. Nos ayudábamos de manera natural sin juzgar quién lo conseguía más fácilmente o quien corría más rápido, éramos uno. Mi preocupación era que mi amiga que no tenía las bambas apropiadas para correr en el barro pudiera avanzar sin medio con mi ayuda, y ella se preocupaba por mi en las cuestas de running, la otra me esperaba en cada muro sabiendo que era una prueba que me costaba más. Aunque yo estuviera en una situación incómoda, no me preocupaba tanto por mí, sino que me importaba más ayudar a mis amigas.
Mis conclusiones personales
Hay tres ideas importantes que he sacado de esta experiencia:
- COMPARTIR, el hecho de dar da más placer y alegría que recibir: hacer las cosas con menos ego, y apoyarse en los demás, dar lo mejor de si mismo a los demás conduce a la felicidad.
Este concepto lo puedes encontrar en el capítulo 26 de mi libro ‘Mi Diario de Yoga’
- EL AUTOCONOCIMIENTO: conocer sus puntos débiles y sus fuerzas, sin juzgarse ni criticarse. Saber potenciar la cualidades, aceptar lo que no se puede cambiar, y trabajar lo que se puede.
Propongo trabajar distintos aspecto del auto-conocimiento en la semana 3 de mi libro (capítulos 15 a 21) - LA HUMILDAD Y LA AUTO-CONFIANZA no son antagónicos: la humildad no es vivir pobre, es una virtud, una calidad de no pensar que eres mejor que otras personas. Sin auto-confianza en nosotros mismos, no existe el deseo de realizar cosas buenas para nosotros mismos y el miedo nos conquista.
Desarrollo estos dos conceptos en los capítulos 18 y 25 de mi libro.
¿Cómo acabó? ¡Bien, por supuesto! Llegamos juntas saltando el fuego, el cuerpo cubierto de barro y la sonrisa pegada a la cara. No es una prueba tan difícil si lo tomas con calma, si no buscas hacer marca, y quizás acabas haciendo más burpees de lo que te gustaría pero es un ejercicio completo. Me quedo con una medalla, buenos recuerdos y unos cuantos morados.
La Spartan Race fue una experiencia humana, un prueba física y un reto mental. Quiero agradecer a Alejandro por su ayuda; a mis amigos, por su apoyo (aunque se hayan reído de mí al enterarse que iba a ser una espartana de un día); y a Silvana y Mireia, por haber sido mis super compañeras de carrera.
¿Tienes una experiencia de prueba en equipo que quieres compartir? Cuéntamela en los comentarios.
Xuan Lan es instructora de yoga y meditación mindfulness. Tiene formación en Vinyasa (200 h), Jivamukti (75 h), Dharma yoga (200 h), Intensivo de Ashtanga (50 h) y Yoga para trauma (20 h). Además, también ha estudiado Gestión del estrés y Regulación Emocional con Mindfulness en la UOC (Universidad Oberta de Catalunya).
Es autora de 3 libros: "Mi diario de yoga", "Yoga para mi bienestar" y "La buena hija vietnamita".