Una de esas charlas de TED Talk (conferencias online de interés general en TED.com) comentaba la necesidad de educar a las niñas y mujeres del mundo occidental en ser más arriesgadas en lugar de ser perfectas. Decía que a una oferta de trabajo, los hombres responden cuando consideran cumplir con 60% de los requisitos del puesto, mientras las mujeres solo presentan su candidatura cuando consideran cumplir el …100%! Ellas entregan un trabajo o proyecto a su jefe o profesor cuando consideran que está al 100% con lo que supone de trabajo y revisiones, mientras los hombres se arriesgan a entregarlo aunque no este perfecto.
¿Por qué las mujeres queremos ser perfectas, entrar en un 38, ser buenas esposas, madres, trabajadoras, hijas, amigas y hacer las cosas de manera perfecta? Perece que los hombres no tienen esta búsqueda de la perfección, su preocupación es otra, no quiere decir que no sean buenos maridos/trabajadores y padres a la vez.
Personalmente me gusta que las cosas estén bien hechas, soy detallista, un poco controladora; cuando trabajaba en la banca me costaba delegar, me gustaba que las cosas estuvieran hechas a mi manera y siempre perfectas (según mi criterio)!
¿Es cultural, social, religioso, histórico, genético, educativo?
No tengo la respuesta, pero en lugar de buscar el porqué, busquemos una manera de ser maravillosamente imperfectas y enseñar a la nueva generación salir de este modelo.
En realidad no existe la perfección, está en nuestra mente, es subjetiva a la apreciación de cada uno. Lo que te puede parecer perfecto no lo es para otros. La Barbie representaba la mujer perfecta, alguien decidió que fuera rubia y (muy) delgada, ahora existen nuevas muñecas Barbie con más curvas, altas y bajitas, distintos colores de piel y tallas de pecho y cintura, así somos, distintas y estupendas. Finalmente se han dado cuenta (han tardado décadas) que no hay una mujer perfecta sino que somos distintas!
No estoy diciendo que hay que conformarte con una talla más de pantalón cada 2 años o entregar tus proyectos con retraso por ser imperfecta, sino que me refiero en actuar tomando las cosas con perspectiva, dando lo mejor de ti sin buscar copiar o cumplir porque la sociedad, los medios, tu entorno familiar o tu jefe dice que hay que hacerlos de tal o tal manera. Quizás nunca entrarás en un 38, pero el 40 te sienta de maravilla ( es mi caso!!) y te esfuerzas para mantenerlo (y no es fácil), o mejor aportar valor y nuevas ideas constructivas a un proyecto profesional. No te pongas la presión para entrar en un molde, sino busca ser tu misma con tus cualidades y tus defectos, mejórate como persona. Vive plenamente más feliz haciendo las cosas con el corazón de la mejor manera posible, de este modo no te podrás arrepentir de nada. El yoga es una disciplina que ayuda en conocerse mejor encima y fuera de la esterilla, y en este sentido te ayudará en ser mejor persona buscando crecer por ti misma.
Como bien dice Sharon Gannon la maestra y creadora de Jivamukti Yoga: “Be kind, be good, be always the best of yourself” que se puede traducir por “Sé bueno, sé amable, sé siempre tu mejor tú”
Y tu, ¿cómo te gusta hacer las cosas?
Xuan Lan es instructora de yoga y meditación mindfulness. Tiene formación en Vinyasa (200 h), Jivamukti (75 h), Dharma yoga (200 h), Intensivo de Ashtanga (50 h) y Yoga para trauma (20 h). Además, también ha estudiado Gestión del estrés y Regulación Emocional con Mindfulness en la UOC (Universidad Oberta de Catalunya).
Es autora de 3 libros: "Mi diario de yoga", "Yoga para mi bienestar" y "La buena hija vietnamita".
Efectivamente, soy mujer y soy perfeccionista! Mi aprendizaje en curso sigue siendo el equilibrio entre mi satisfacción con lo “bien hecho” (según mi opinión perfeccionista) y el escuchar y dejar fluir la energía de la vida, a través de mis manos, sí, pero a través de otras manos e influencias también! Decir: “Está suficientemente bien y me siento contenta con mi aportación…. y disfrutar viéndolo irse” (renunciar al control absoluto). Buen post, me ha hecho pensar!! 😉