Slow life | Yoga para una vida con menos estrés y más plenitud

06-08-2021

¿Qué es el slow life?

El conocido slow life o vida lenta es un movimiento que promueve la desaceleración del actual estilo de vida, caracterizado por la rapidez y la sobrecarga de estímulos, con el objetivo de respetar los tiempos y ritmos de cada individuo, en contraposición a la inmediatez de estos tiempos. Da importancia a aquellas actividades que buscan el desarrollo de la persona, nutriéndose de aquello que, aunque suele ser cotidiano y simple, resulta ser lo más esencial y necesario para nuestro bienestar. Unos minutos al día de meditación, algo de ejercicio físico, un paseo en buena compañía, comer con amigos o familia, dormir las horas necesarias, alimentarse bien… resulta ser en ocasiones un lujo que no nos permitimos debido al estrés y la falta de tiempo. 

La conciencia y la gratitud son elementos claves en este movimiento. No se trata de evitar las responsabilidades, sino ser más responsables con nuestra vida desde el bienestar, hallando el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. 

¿Cómo llevar una vida slow life?

Para comenzar, necesitamos parar. Darnos un tiempo y espacio para ver cuáles son nuestras necesidades, los cambios que requiere nuestro momento y la visión de lo que queremos lograr. Conocerse es el primer paso y el más importante, seguido del compromiso con uno mismo para alcanzarlo. 

Nos podemos sentir muy atraídos por la idea de alejarnos del estrés y del ritmo acelerado, pero puede resultar muy complicado llevarlo a cabo, sobre todo cuando estamos en ciclos de trabajo intenso y de responsabilidades. 

Sin generarnos más presión de cómo debería ser nuestra vida, podemos replantearnos cosas simples, comenzar por algún cambio pequeño. Esa simple decisión puede cambiar completamente los siguientes pasos que demos. 

¿El slow living nos hace más felices?

Llevar una slow life requiere de la transformación, de cuestionarse, detenerse, observar, analizar, y luego llevarlo a la práctica. Quien adquiere ese nivel de autoconocimiento y disciplina para vivir de otra forma asegura que sí, te ayuda a ser más feliz. 

Uno de los grandes beneficios es optimizar el tiempo, saber lo que quieres dedicar en tu día a día a cada cosa, estableciendo prioridades, y disfrutando más de cada momento. Vivir con menos, valorando más lo que se tiene es una de las claves para esta felicidad interior, accesible para todos. 

Cuando tienes los objetivos claros además, es mucho más fácil de conseguirlos. Si le añades la energía necesaria, buena voluntad y consciencia, puede ser un buen camino de vida. 

Ideas para poner en práctica la vida slow

Te doy algunas ideas si quieres aprovechar este agosto para comenzar a vivir un poco más slow:

  • Planifica, organiza, pero déjate tiempo siempre disponible para improvisar y cambiar de planes según avance tu día. A veces nos levantamos muy enérgicos y de repente necesitamos descansar, o al revés, así que permítete estos cambios, siempre respetando tus prioridades. 
  • Disfruta de las pequeñas cosas, de lo cotidiano. Puedes hacer un ejercicio muy simple: cada noche anotar 3 cosas que quieras destacar de tu día, con agradecimiento. Si lo conviertes en un hábito tu forma de pensar cambiará y sentirás una energía más positiva. 
  • Más naturaleza. Intenta estar en contacto con lo natural, el mar, la tierra, el parque, la montaña, los animales… algo tan sencillo que tan rápido puede devolvernos a un estado de paz. 
  • Mindful eating: come despacio, come sano, nutritivo, disfrutando del proceso de comprar, cocinar, y degustar, sin prisa, sin estímulos externos (sin móvil o televisión) y verás cómo la comida te sienta mucho mejor y además, no necesitas comer tanto. 
  • Presencia: unos minutos de mindfulness, de respiración o pranayama, de yoga… solo en conexión con tu cuerpo y tu respiración, en el presente, puede cambiar tu estado anímico, mental y energético de forma muy sencilla. 
  • ¡Relax! Descansa, duerme suficientes horas y toma una actitud contemplativa en ocasiones. La mente necesita resetearse. Y para ello algo que nos ayuda mucho es el silencio. 
  • Dedícate mucho amor y autocuidado. Para poder cuidar y estar disponible para los demás, necesitamos darnos también a nosotros mismos. 
  • Deshacerse de lo innecesario, consumir menos y con más consciencia. Nos ayuda a sentir más espacio, más ligereza y a ser más respetuosos con nuestro entorno. 
  • Usar la tecnología con consciencia, sin que nos domine el automático, poniendo límites en su uso y dedicándonos días a estar menos conectados. 

Yoga como modo de vida slow 

El yoga como camino de vida nos ayuda a ser más conscientes, a conocernos, a aceptarnos y a respetarnos, también a nuestro entorno, además de cultivar autodisciplina, compromiso y constancia. De esta forma las decisiones que tomamos son más factibles en la práctica. 

El yoga como camino de transformación, con más presencia, nos puede ayudar a mantener una actitud de vida slow. 

Slow yoga 

A veces en la práctica podemos también caer en automáticos, en desconexión, en forzarnos demasiado. Es algo normal, por ello de vez en cuando, practicar de forma más lenta, más consciente, nos ayuda a darnos cuenta de estos patrones que se establecen también en nuestra rutina de yoga.

Te invito a que practiques estas clases más slow este verano.

Namasté.

 

¡Compártelo en tus redes!
SocialMediaIcon SocialMediaIcon
  • Luis miguel
    04 de Mayo del 2022 - 23:18

    Gracias x todos tus consejos…M encantan tus clases…..

  • Deja tu comentario